Todo cuerpo tiene su sombra.
La sombra de la sombra de tu cuerpo es tu mente.
Tu mente es la parte oscura de tu alma.
Oscura quiere decir que no tiene luz.
La luz es el hara.
Por eso la luz va desde su origen hasta su fin, para ser reflejada.
El problema es el dia en que la mente piensa que es ella la luz y gobierna.
Gobierna a traves de pildoras de energia que se llaman pensamientos.
Cada pensamiento no es un unico pensamoiento.
Es el desencadenante de multiples pensamiento.
Una semilla a la que se concatenan diversas plagas de mas pensamientos en un devenir enlazado de pensar, creer y duda.
Esa es la realidad pura de como la mente se erige reina de donde es sierva.
Por eso es fundamental que este controlada.
Al ser la mas debil, en el niño es la mas facil de conseguir seducir.
El problema de esta seduccion se llama adiccion.
Adiccion es el establecimiento de un vinculo entre aquello que piensas y la quimica de tu cuerpo.
Ese estado es la clave de lo que zen, llama karma.
El vinculo fisico y mntal o, psicosomatico.
Contra la mente no se lucha, solamente se guia.
La mejor forma de entender lo que es la mente es pensar en un ordenador que se queda colgado por un exceso peso de los programas instalados y no usados.
Existen tres formas o trucos para lograr que la mente fluya...
-aprender a tensar el abdomen.
Este es fundamental en casos de miedo o angustia.
-hacer calculos matematicos, tanto en cuenta como abstraccion, que te lleve a alcanzar el infinito.
Esto es importantisimo cuando empiezas a dar vueltas a un problema.
No hay nada que mas le guste a la mente que enredarse.
-el ultimo es oir tu voz interior.
Este truco es fundamental en la toma de decisiones.
Debes siempre distinguir entre las voces de la cabeza y la voz de la sabiduria de tu alma y tu cuerpo.
Este conocimiento tambien tiene un matiz.
Tu voz interior es una respuesta.
Lo otro es una argumentacion.
Seria muy importante que te aconstumbraras a poner estas tres normas en tu vida y que fuera un reflejo para tus hijos.
Una guia.
Una referencia.
...no le busques sentido, no lo tiene.
miguel mochales, maestro zen.
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